Diego Milito: de Príncipe a Rey de Avellaneda

Querido Diego:

Naciste un 12 de junio del año 1979 en Bernal, pequeña localidad del partido de Quilmes, en el sur del Gran Buenos Aires. Tus padres Mirta y Jorge jamás habrán imaginado que ese regalo que te hicieron a los 4 años iba a marcar el rumbo de tu vida: una pelota de fútbol. Mucho menos tu hermana Natalia y tu hermano Gabriel (el que jugó en la vereda de enfrente). De chico demostraste buenas habilidades jugando en los clubes Viejo Bueno de Quilmes y Estrella del Sud de Wilde. A los 9 años te fuiste a probar a Racing donde, además de comenzar tu carrera en las inferiores, también iniciaste un romance eterno con el club.

Y hoy, a más de 30 años de tus inicios en la Academia, tu gente, ese hincha racinguista tenaz y pasional te corona para siempre con el título de Rey de Avellaneda. Así como lo leés. Y  existen 10 motivos irrefutables para entender esta proclamación que a continuación te los detallo:

  1. Porque te bancaste una de las peores crisis institucionales mientras hacías las inferiores y unos años después conseguiste un título con la cuarta división que llevaba 9 temporadas de sequía.
  2. Porque la noche del 27 de mayo del año 2001, con el club gerenciado, estabas esperando tu oportunidad en el banco de suplentes con 39° de fiebre. Entraste faltando poco tiempo para que termine el partido y la clavaste desde afuera del área. Fue tu tercer gol en Primera y el que posibilitó escaparle a la Promoción.
  3. Porque no fuiste un protagonista estelar del Torneo Apertura 2001, pero dejaste tu marca con tres goles. Estuviste ahí, formaste parte del equipo que quedará en la historia como el que cortó la racha de 35 años sin un título.
  4. Porque tus goles viajaron a Europa y lograste el ascenso del humilde Genoa. Ascenso que luego se vería frustrado por manejos dirigenciales en donde vos no tuviste nada que ver, pero que prolongaron tu debut en la Primera División de Italia.
  5. Porque no bajaste los brazos y te fuiste a jugar al Zaragoza de España. Allí compartiste equipo con tu hermano (el que jugó en la vereda de enfrente) y la noche del 8 de febrero del 2006 le clavaste 4 goles al Real Madrid con el 22 en la espalda que ya comenzabas a utilizar.
  6. Porque volviste a Italia y fuiste el delantero del Inter de Mourinho, que una buena noche de mayo del año 2010 se alzó con la Champions League. Esa final la jugaste como un león y el título de Príncipe, a esa altura, ya te empezaba a quedar chico. El pobre Van Buyten todavía recorre el Bernabéu buscándote…
  7. Porque el D10S del fútbol te eligió para integrar la Selección Argentina que disputó el Mundial de Sudáfrica. Aún no entendemos como no jugaste frente a Alemania ¡si un mes antes habías desparramado teutones por todo Madrid!
  8. Porque rechazaste ofertas millonarias para jugar en el futbol árabe y la liga MLS por volver a tu Racing.
  9. Porque en tu Racing fuiste líder y te consagraste campeón en aquel Torneo Transición 2014 que quedará grabado por siempre en la memoria del hincha como el torneo en donde se sentenció que “Milito hay uno solo”.
  10. Porque los arrabales del Cilindro ya no serán los mismos después de tu vuelta,  y una de las calles laterales lo sentencia para siempre llevando tu nombre.

La sufriste Diego, la peleaste y siempre fuiste para adelante. Hubo un factor determinante para que tu carrera futbolística haya sido lo que fue: tu HUMILDAD. Esa misma que hoy el hincha expone en este estrado soberano y orgulloso te quita el viejo título de Príncipe. Ya no lo serás querido Diego, tu principado se acabó. Hoy te coronamos Rey de Avellaneda.

*Texto y video publicado el 12 de noviembre del año 2016 en la web El Rincón del Fútbol con motivo de la despedida del jugador de la actividad deportiva.

Ilustración: Martín Tobaldo Pastore (www.facebook.com/martin.tobaldopastore)

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