La gran inmigración que arribó a
la Argentina a finales del siglo XIX y principios del XX gestó de manera
colectiva una gran variedad de asociaciones barriales. Estos espacios tenían
como finalidad conservar viva su cultura y sobrellevar el duro trance
nostálgico por la patria dejada atrás.
Enrique
Puccia lo explica de esta manera en uno de sus libros: “afanosos por mantener latentes el espíritu y las tradiciones de los
terruños distantes […] desarrollaron una acción societaria perseverante y
fecunda, se aferraron fuertemente al principio de solidaridad recíproca,
buscaron la compenetración de sentimientos y, en un anhelo hondo de hacer de
este suelo bendito una prolongación de las patrias lejanas, crearon lazos de
indestructible amistad y actuaron como factores preponderantes en la evolución
y progreso de ciudades, pueblos y barrios”.
Ahora bien, desde hace
aproximadamente unos treinta años a esta parte, la Republica Argentina recibe
de manera asidua la llegada de numerosos contingentes de inmigrantes de varios países
latinoamericanos como ser: Chile, Bolivia, Perú y Paraguay, entre otros. Estos
viajeros también buscan prosperar, vivir dignamente en este suelo generoso y
formar sociedades de ayuda mutua donde poder mantener vivas sus tradiciones
ancestrales.
En el barrio de Ezpeleta, en la localidad de Quilmes, existe una gran cantidad de inmigrantes bolivianos y paraguayos. Estos últimos formaron hace algunos años, un Centro Cultural que lleva el nombre del prócer guaraní Carlos Antonio López.
Anastacio Almada es el presidente de esta institución. Me contó que llegó a Buenos Aires cuando tenía 17 años, en 1976, con la idea mágica de que aquí se encontraría con una ciudad donde se trabajaba y se ganaba mucha plata, sin embargo el ambiente con el que se encontró era un tanto distinto: “en esa época había que saber las amistades que uno tenía para poder salir…había gente que te tildaba de montonero, terrorista, era una época jodida…”
Al preguntarle si había sufrido
algún tipo de discriminación, me contestó: “…en
la escuela puede ser, pero no lo veo como discriminación, lo veo como cosa de
chicos porque las maestras reprendían a los chicos que nos decían paraguayo de
m… o negro…”. Pero le molesta cuando a un paraguayo lo tildan de inmigrante
y a un italiano o español lo llaman europeo o extranjero y sentencia: “Argentina está hecha por inmigrantes sea
europeo o latinoamericano, está hecha por inmigrantes.”
Fue en el año 2007 cuando junto a
un grupo de compatriotas paraguayos se reunieron en la Parroquia Maria Madre de
la Esperanza de Ezpeleta y conformaron la comisión directiva que dio nacimiento
una nueva Institución.
Pero… ¿Qué los motivó a reunirse?
Anastacio me cuenta: “Había un señor que
pasaba siempre por mi casa y me pedía 5 o 10 pesos para pasar polca paraguaya
en la radio. Yo hacía repartos de lácteos y otros productos y pasaba por
asentamientos, villas y conocía gente que te pedía leche para los chicos y les
dejaba unos sachets y unos paquetes de fideos… pasaron unos tres o cuatro meses
y le dije ¿Por qué no hacemos las cosas bien?, ¿por qué no buscas gente que
quiera hacer como en Berazategui, que tiene un hogar paraguayo?...no hay en
Quilmes nadie que venga a decirte que tenés un lugar de contención para los
compatriotas o una ayuda social cuando estás en apuros…”
En aquella reunión de
inauguración, Anastacio fue elegido presidente, al principio se negó pero le
insistieron, entonces aceptó y dejó en claro:
“si hacemos una institución es para ayudar a la gente, ya sea social, sea
cultural, sea deportiva… si hacemos las cosas bien, yo acepto ser presidente,
para mí no hay término medio, es blanco o negro…” Así nació la Casa
Paraguaya Ana Diaz.
La institución comenzó a funcionar
dando una gran contención a los compatriotas, haciendo presentaciones
culturales y dando ayuda social a quien lo necesitaba, hasta que en el año 2008
un hecho ocurrido en el barrio produjo un quiebre irreparable: “se quemó toda una casa, y vino esa familia
por medio de Caritas a pedirnos si podíamos ayudar a esa gente que se había
quedado en la calle. Tenían 5 o 6 chicos, eran argentinos…se contestó que la
institución paraguaya era solo para paraguayos y que la gente de Argentina
tiene que ir a su asistencia social…y ahí quedé frio ¿Cómo es? La institución
no tiene raza, ni color, ni clero, ni nada, cualquiera que venga lo tenés que
ayudar. Entonces desde fuera de la institución, junto a Caritas juntamos los
fondos para ayudar a esa gente… con donaciones del barrio y ayuda de la
municipalidad le hicimos toda la casa”.
Anastacio se alejó de la
institución y juntó a otros compatriotas para volver a armar un centro nuevo y
así continuar con la idea primigenia. Buscando en la historia de Paraguay
encontraron el nombre y la vida de Carlos Antonio López. Los pensamientos del
primer presidente paraguayo de la historia coincidieron con los ideales de
Anastacio y sus nuevos compañeros y así decidieron utilizar el nombre del prócer
para bautizar ese nuevo espacio barrial.
Con personería jurídica en mano y
enmarcada como entidad de bien público no lucrativa, el Centro Cultural de
Residentes Paraguayos comenzó su trabajo social a toda máquina. Además de dar
la contención a compatriotas recién arribados al país, el centro les ayuda a
poner en regla toda su documentación. Se los asesora para conseguir trabajo, se
los ayuda a realizar trámites tales como certificados de matrimonio, renovación
de cedulas, pasaportes, etc. En cuanto a la tramitación de documentos, ellos
procuran que sea de forma personal. Gracias a la buena relación que tienen con
la embajada y el consulado paraguayo, se le entrega a quien lo solicite, una
carpeta con todos los papeles listos para ser tramitados junto a un turno con día
y hora especificados. Todo el trámite se realiza de manera gratuita, sin
embargo hay gestores que se abusan de los nuevos residentes y los estafan, porque
además de cobrarles hasta $2000, en algunos casos ni siquiera le realizan el trámite.
La relación que el Centro tiene
con la Municipalidad de Quilmes es muy buena, se sienten respetados y son
escuchados cuando se acercan a pedir alguna colaboración para realizar algún
evento. Se me ocurrió preguntarle si recibían un subsidio: “…no les pedimos porque yo como presidente de la institución y
paraguayo pienso: voy al hospital y lo encuentro lleno de compatriotas,
voy a la escuela estatal y está nuestra
gente, voy a algún lugar donde se da una
ayuda social y otra vez está el paraguayo, entonces pedirle una ayuda económica
al municipio o a la nación…no me cabe a mí como persona de pedir una ayuda
sabiendo que ya recibimos demasiado…lo que si me interesa es ayudar a los
compatriotas para que puedan trabajar en blanco y que puedan hacer sus aportes,
ese poco o mucho aporte le devuelve algo a la Argentina”. A partir de esta filosofía
de trabajo, la institución se sustenta con el aporte de los socios y con las
actividades culturales que realizan a menudo.
De cara al futuro, la institución
busca seguir con el mismo trabajo, fortaleciendo las relaciones con la
comunidad y convocando a quienes deseen dar una ayuda a la colectividad. Formar
un espacio educativo-cultural para poder generar la toma de conciencia acerca
de los derechos que tienen los nuevos residentes. Se piensa mucho en los más
jóvenes y se busca dotarlos de herramientas que les permitan pensar y
desenvolverse en la vida.
Y como parte del trabajo cultural
del "centro", cuando le realicé esta entrevista, Anastacio me contó que estaban
organizando un encuentro de hermandad con la Colectividad Rusa de Bernal, donde
iban a compartir comidas y danzas típicas de cada una de las colectividades. También
estaban preparando las actividades que llevarían a cabo en las Fiestas
Patronales de Bernal (¡los famosos fogones!) y como cada año, iban a participar
de la Feria de las Colectividades de Quilmes en el mes de noviembre. También
tienen dos programas de radio, uno en la radio de la Fundación del Padre
Farinello, los días viernes de 16 a 18 hs. en el 89.7. El otro programa sale
los sábados a la tarde en el 107.7. Además, el “centro” presenta orgulloso en
cada una de sus actividades su propio ballet de danzas típicas que lleva el
nombre de Panambi Hovy (Mariposa Azul).
La energía positiva que se
respira en el local de Azcuénaga esquina Brasil hizo que las dos horas
y algo más de entrevista pasaran rapidísimo. Entre mate y mate, me quedó bien
claro que el trabajo que lleva adelante esta institución se hace con una pasión
muy especial. Se remarca el agradecimiento hacia el país que los cobija y tienen
la preocupación de ser parte del abanico cultural de Quilmes, buscando siempre
el intercambio con otras instituciones.
Para el cierre voy a dejar algo que
me dijo Anastacio, que lo pinta como persona:
“Yo les decía que una institución no tiene color ni raza y si una persona tiene un problema, sea drogadicta, borracha o enfermo hay que ayudarla, porque atrás hay una familia que no tiene la culpa de la vida que lleva esa persona…”
“Yo les decía que una institución no tiene color ni raza y si una persona tiene un problema, sea drogadicta, borracha o enfermo hay que ayudarla, porque atrás hay una familia que no tiene la culpa de la vida que lleva esa persona…”
Centro Cultural de Residentes
Paraguayos de Quilmes Don Carlos Antonio López - Brasil 1401 esquina Azcuénaga –
Ezpeleta.
Tel: 4278-1846
Tel: 4278-1846
Facebook: balletpanambi.hovy.3 7@facebook.com
Corrección: Laura Beroldo (http://www.laura-exlibris.blogspot.com.ar/)
Fotos: El Cocoliche
2 Comentarios
Diego, excelente investigacion. Esta historia oral sobre la vida de Anastacio nos permite conocer la experiencia migratoria de la comunidad paraguaya y al mismo tiempo su particularidad. Lo mas valioso es como recreaste el espiritu noble de una persona que se entrega a aquellos que buscan ese lugar donde estar mejor. Comprendiendo que si bien somos diversos y tenemos nuestras historias propias, todos somos ciudadanos un mismo mundo.
ResponderEliminarMaia
Gracias Maia!!
ResponderEliminarEs muy valioso para mi tu comentario, de alguna manera quise que se resalte esas cosas que acotás.
Tambien hacer un flashback rapido y ver que muchas veces no se llega a comprender que aquellos inmigrantes europeos tienen mucho en comun con los latinoamericanos.
Saludos!!!